Marc Anthony ayuda a Jennifer López en su nueva soltería

Antes que Jennifer Lopez y su expareja, el coreógrafo Casper Smart, decidieran poner fin a un romance, la popular cantante se puso en contacto telefónico con su exmarido Marc Anthony.
La intérprete estaba convencida de que el portorriqueño era la persona más adecuada para guiarla en su etapa como mujer soltera. Aunque los intérpretes pasaron por un desagradable divorcio, mantienen una estrecha amistad.

“Jennifer no lo dudó un segundo y llamó a Marc para decirle que estaba preparada para dejar a Casper y para pedirle un consejo sobre cómo manejar el asunto. Nos resulta extraño que Jennifer confiara primero en Marc para revelar tan importante noticia, ya que siempre ha estado a su lado y le ha apoyado en los momentos más difíciles de su vida, estuvieran casados o no”, reveló una fuente al portal de noticias E! News.

Uno de los temas más importantes de la conversación telefónica que habrían tenido los dos artistas consistiría en determinar el nuevo papel que tendrá Casper en la peculiar familia que lidera la diva del Bronx, sobre todo porque los hijos de Jennifer y Marc, los mellizos Max y Eme.

“Jennifer y Casper llevan más de dos meses en los que casi no existe interacción entre ellos, pero eso no significa que ella pueda echarle de su vida así sin más. Casper no deja de ser un miembro de la familia al que sus hijos adoran, les destrozaría el corazón tenerse que despedir de él para siempre”, apuntó el mismo informante.

Fuente: El Espectador

La guinda del pastel

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¡Por dios que música! ¡Me está volviendo loca! (como diría mi madre)

Hay ciertas tiendas que no sabes si mirar ropa, comprar, bailar, saltar, cantar… Es la euforia de la música que estés donde estés te anima a disfrutarla.

Llegas un día a casa y tu abuela con la copla. ¡Bendita copla! Aunque no te guste la copla te animas a cantarla, y lo sabes. Al final terminas con tu abuela dando un concierto a los vecinos.

Estas conduciendo y escuches la emisora que escuches la música te incita a acelerar y a sentir la adrenalina de la velocidad.

Haces la faena de casa con los Bee Gees y vuelves a los 80, esa época en que tus padres “partían la pana” en la disco.

Te estás duchando y sabes que cantas mal, pero da igual cantas como si se te fuera la vida en ello.

Estar con tus amigos hablando de temas profundos y con la típica sinfonía nostálgica que hace que la conversación se convierta en un momento especial.