El placer y la suerte de poder disfrutar de los dos primeros conciertos de la gira “La Deriva” de Vetusta Morla no los tienen muchas personas, yo fui una de ellas.
Después de varios meses esperando con impaciencia las noticias sobre el nuevo trabajo de la banda, poco a poco han ido llegando las grandes y brillantes nuevas noticias. Fechas de la nueva gira, temas adelanto del nuevo disco y “La Deriva”. Cuando llegó a mis manos en formato físico el último disco de Vetusta Morla, ocurrió algo muy sencillo, me volví a enamorar de la música.
La primera cita de los madrileños con los escenarios ocurrió el 24 de abril en Murcia, en el Auditorio Víctor Villegas de la ciudad. Con dos fechas de lleno absoluto, Vetusta Morla volvía al auditorio que tanto les dio en el año 2012. Este fue el lugar donde se realizaron los dos conciertos con la OSRM para recaudar fondos con el objetivo de reconstruir el Conservatorio Narciso Yepes de Lorca (el cual fue terriblemente dañado en el terremoto del año 2011).
La ocasión era muy especial; inicio de gira, vuelta a los escenarios en España, un lugar que la banda no puede olvidar… la cita prometía emocionar a cualquiera que acudiese. El escenario aguardaba con el murmullo de todos los asistentes, seis “puestos”, cada uno con sus instrumentos, cada uno diferenciado, esperando a la llegada de los músicos.
Desde el primer instante en que Vetusta Morla pisaron el escenario se sintió en el ambiente como la emoción se extendía, como la persona que tenías delante, la de al lado, como todo el mundo sonreía y se preparaba para iniciar el que iba a ser en mi caso uno de los conciertos más emotivos que he vivido jamás.
Iniciando el set de canciones con “La Deriva”, las luces empezaron a bailar. Una tela enorme en el fondo del escenario era dibujada con diferentes imágenes que iban moviéndose al ritmo de cada canción. El primer tramo de concierto seguía con “Fuego” y “Golpe Maestro”, tres temas de su nuevo trabajo, dos de ellos más comprometidos y uno más visceral. Apostando con una apertura del concierto de temas más nuevos y por lo tanto menos conocidos, un inicio que tras un abrazo de aplausos cálidos y sinceros dio lugar al saludo cercano de Pucho. El público empezó a levantarse y a dejar abajo su asiento, sentíamos la necesidad inevitable de estar de pie, de sentir la música más de cerca, era imposible estar sentados.
Con “La Mosca en tu Pared” y “Pirómanos” seguíamos contando las canciones de este nuevo disco que está teniendo una acogida tremendamente buena. Un sonido que me penetraba en la piel, que se me metía en el pecho, una vibración del suelo que hacía que cada y una de las notas se quedase grabada en mi memoria musical. Ovación del dedicado público cuando empezaron los acordes de “Lo que te Hace Grande”. Después, con “Un día en el Mundo” empezó para mi un bucle de emociones que iban superándose con cada tema que tocaba la banda.
Uno de los momentos para mi más emotivos fue cuando le tocó el turno a “Cuarteles de Invierno”, que es sin duda uno de los ojitos derechos de este nuevo disco. Una sensación que iba aumentando poco a poco, con la elegancia que caracteriza a Vetusta Morla, una de las canciones donde para mí, el juego de luces y sonido fue más acertado, con un final del tema apoteósico. La mejor representación de “pelos de punta” que me hubiese imaginado.
Entre temas se comentó el largo y duro camino hacia este nuevo disco, hacia “La Deriva” esa deriva donde como dijo Pucho todos nos encontramos alguna vez. Metáforas que toman vida en nuestra mente, que se hacen reales con cada canción.
Siguieron la enamorada “Maldita Dulzura” y “La Grieta”. Siempre sucede en los conciertos, que los nuevos temas quizás son los que menos se sabe el público, aunque realmente lo noté poco. Supongo que mis decenas de escuchas de “La Deriva” hasta el día del concierto ayudaron a que sintiese este disco como nueva parte de mi vida, esas cosas tan mágicas que solo logran algunas bandas.
“Mapas”, “¡Alto!” y el rubor de “Copenhague” fueron las siguientes canciones. La eterna “Copenhague”, esa que tanto nos toca el corazón, momento en que todo el mundo se levanta, todos cantan, todos sonríen, donde se comprueba que el camino recorrido por Vetusta Morla es un camino solido construido con el mejor material. En esta canción David se coloca al lado de Pucho para marcar el ritmo de la canción, mano a mano.