Anoche la banda norteamericana Imagine Dragons estuvo presentando en el Palacio Vistalegre de Madrid su álbum “Night Visions”, una joyita que, con su ritmo atrevido, frenético y dinámico, dejó muy buen sabor de boca a sus seguidores. El listón estaba muy alto: las entradas estaban agotadas desde hacía meses y ante la fuerte demanda el recinto pasó de ser una sala a un pabellón que pudiese aglutinar a todos los ansiosos que esperaban el debut del grupo por tierras españolas. Sin embargo, la banda no se achantó y supo estar a la altura, superando con creces las expectativas.
Hace un año poca gente sabía de su existencia, y miradlos ahora, tan solo unos meses ha necesitado el cuarteto de Las Vegas para colocarse en la cresta de la ola, para que su fama haya subido como la espuma, batiendo records y posicionándose “on the top of the world”.
Dan Croll, pandereta en mano y acompañado por su séquito, fue el encargado de amenizar la espera durante media hora. Sus canciones instrumentales despertaron el interés de un público animado, brazos en alto, que demostraba que estaban preparados para lo que se avecinaba.
El reloj marcaba las 9 y cuarto cuando el ligero viento que rondaba por el recinto se convirtió en un huracán arrollador con nombre y apellidos: Dan Reynolds. El líder del cuarteto consiguió poner en pie desde el minuto uno al Vistalegre, simplemente sensacional.
Round and round se encargó de romper el hielo, seguidas de ella Amsterdam, Tiptoe y Hear me fueron las responsables de que el concierto se convirtiese en un auténtico espectáculo, sucedidas de las melódicas y sosegadas Cha ching y Rocks. El terreno ya estaba más que preparado para lo que se veía venir.
En una continua interacción con el público, Dan conquistó a sus seguidores. Como pez en el agua el cantante supo ganarse la simpatía de sus fans, comiendo turrón, tirando agua hacia las primeras filas, versionando el himno español y paseándose de un lado a otro con la bandera rojigualda. Un “me llamo Danielito” sirvió para arrancar una carcajada generalizada y frases como: “Madrid, are you ready for a crazy night?”, “I love this city” o “You feel good?” valieron para fortalecer más, si cabe, su relación con los espectadores.
Sin duda, uno de los momentos más enérgicos de la noche fue la interpretación de la conocidísima canción de Blur, Song 2, consiguiendo que todo el mundo se echara al suelo para dar el gran salto al llegar al estribillo de la canción. Auténtica energía desatada que animó más aun a un público entregado en cuerpo y alma. Después llegó el turno de It’s Time, uno de los temas más conocidos del conjunto, que acrecentó las ganas de disfrutar de lo que estaba siendo una noche muy especial.
La parte más emotiva del concierto vino de la mano de 30 lives. Una guitarra acústica y un violín entonaban las primeras notas, dejando al Vistalegre a oscuras con miles de luces procedentes de móviles y mecheros alumbrando el recinto. Unos instantes más tarde llegó Demons que, como era de esperar, no decepcionó a los allí presentes con su ritmo tranquilo y pegadizo.
Cuando la cosa parecía estar más calmada, unos globos gigantes rellenos de confeti,