Me resulta complicado describir con exactitud las sensaciones que tengo cuando piso suelo lisboeta después de haber vivido allí cerca de cinco años, pero se acercan mucho a un estado de felicidad completa. Noto que se me dibuja una sonrisa en mi cara que me suele acompañar durante toda mi estancia. En parte gracias a la hospitalidad de Sole, mi hermano lisboeta.
Esa sensación la he tenido hace un par de semanas, pues he estado de visita a esta preciosa ciudad. Qué maravilha estar de volta! Claro que mi felicidad es doble puesto que tengo la suerte de contar con un montón de amigos con los que matar saudades.
Aprovechando mi estancia os quiero escribir lo que para mí sería un día perfecto en Lisboa.
Para empezar el día, ¿dónde desayunamos? En el centro de Lisboa están 3 de las cafeterías más famosas de Lisboa (y por ende, las más turísticas): La Pastelaria Suiza y el Café Nicola en la Praça do Rossio y A Brasileira en la Praça del Chiado. Yo reconozco que soy de la estirpe de los que raramente salen de casa sin desayunar, pero en caso de hacerlo fuera me iría a uno de estos porque me gusta el ambiente cosmopolita que se respira en ellos.