Salamanca es un ciudad pequeña pero con gran atractivo por un par de razones. La primera, por su interesantísimo patrimonio artístico y cultural. Y la segunda, porque es una reconocida ciudad universitaria con estudiantes de todas partes de España y del mundo y como tal, ¡tiene una oferta de ocio y fiesta estupenda! Por no hablar de su gastronomía y sus mundialmente famosos embutidos ibéricos y sus tapas.
Pero vamos por partes, empecemos nuestra visita relámpago:
Por la mañana
Vamos a partir desde la Plaza Mayor. Además de ser el centro de la ciudad, es visita obligada por su gran belleza, de estilo barroco, sus arcos y sus ornamentos. ¡Por no hablar de sus bares de tapas! Pero eso lo dejamos para la hora de comer. Ahora, si no habéis desayunado, aquí os podréis tomar algo y comenzar a la ruta.
Por la Rúa Mayor tomamos el camino hacia las catedrales pero antes nos paramos en la Casa de las Conchas, llamativo edificio gótico y plateresco que ahora alberga una biblioteca pública. Podemos pararnos a contarlas, pero sólo tenemos un día.
Más adelante y siempre hacia las catedrales, nos encontraremos con la Universidad y su fachada, muy conocida sobre todo por albergar una rana en ella. Hay quien dice que da suerte en los estudios a quien la encuentra. Esto es casi obligatorio. ¡Vamos! Déjaros unas cuantas dioptrías y que no se diga.
Vale, os damos una pista. Está encima de una calavera. ¿Ya la habéis encontrado? ¿No? Bueno, como eso siempre está lleno de gente, no va a faltar quien la haya visto ya o el típico lugareño que se ofrece solícito a decirte dónde está y a contarte alguna historia sobre el batracio más famoso de España.
La Universidad se puede visitar por dentro. Resulta muy interesante ver las antiguas aulas casi intactas donde dieron clase, entre otros, Fray Luis de León. Pero también podéis visitar su claustro e incluso la capilla.
Descansad un poco los ojos y seguimos hacia las catedrales. Llegamos a la nueva y en la puerta nos volvemos a encontrar gente que mira y no sabemos muy bien el qué. Bien, este es otro de los puntos simpáticos de Salamanca. En la fachada de entrada de la Nueva Catedral, ocultos entre otras cosas hay ¡un astronauta y un demonio comiéndose un helado! Tranquis, esto es fruto de remodelaciones a lo largo del tiempo y no es tan difícil de encontrar como la rana. De hecho, es bastante fácil.
¿Ya? ¿A qué no era para tanto? Bueno, pues llegados aquí, dos opciones. Podemos ver la catedral por dentro o subir a la torre y ver la exposición permanente Ieronimus. Aparte de un pedazo de historia que podréis ver mientras vamos subiendo, desde arriba de sus 110 metros de altura tenemos las mejores vistas de la ciudad, aparte de pasearnos por sus pasarelas, capiteles y gárgolas cual Quasimodo por Notre Dame. ¿Qué #funplan os apetece más?
A mediodía
Llegados a este punto y si hemos visto todo con cierta tranquilidad pero sin pausa, podemos plantearnos comer algo. Si preferimos comer de plato o menú, cerca de dónde venimos no faltan mesones y restaurantes. Pero si queremos comer de tapas, como ya hemos dicho, Salamanca es un sitio perfecto para ello. Si volvemos hacia la Plaza Mayor, que no está lejos, en la misma y alrededores podemos disfrutar de suculentos manjares que vienen con nuestra consumición.
Por la tarde
¡Volvemos a la carga! Podemos ir a tomarnos un cafetito a la cafetería de la Casa Lis, un museo Art Déco – Art Noveau precioso en el cual también podemos dedicar un ratillo para verlo, ¡merece la pena!
Después podemos ver el famoso Puente Romano de Salamanca, ilustre emplazamiento por donde transcurría parte de la Vía de la Plata y famoso por salir en el “Lazarillo de Tormes”. Echádle desde ahí un vistazo a las vidrieras de la Casa Lis, ¡espectacular!
Volviendo un poco a la parte alta de la ciudad merece mucho la pena de ver el Huerto de Calixto y Melibea donde se dice que tenían sus encuentros los protagonistas de la célebre novela de Fernando de Rojas “La Celestina”. Por esa zona si os atrevéis con una experiencia más “oscura”, podemos encontrar la llamada Cueva de Salamanca, una antigua cripta de una iglesia que ya no existe donde dicen que el Diablo daba clases de nigromancia (magia negra relativa a la adivinación mediante la invocación de espíritus). ¿Os atreveréis?
Por la noche
Creo que ya nos merecemos un poco de ocio después de un día intenso de turismo y pateo, ¿no creéis?
Como recomendación para cenar la zona de la calle Van Dyck y alrededores está literalmente plagada de bares de tapas baratísimos. Cuenta con una gran variedad de pinchos y raciones que nos harán reponer fuerzas después de un día agotador de visita a la ciudad.
Si luego os apetece salir por Salamanca de fiesta hay tres zonas clave: Varillas, Gran Vía y Bordadores. ¡A buen seguro podréis encontrar marchuqui universitaria y un pub o discoteca a vuestro gusto! Si preferís una cervecería, por la zona de la Rúa-Plaza Mayor también tenéis varios sitios donde elegir.
¡Ah! No dejes de llevarte de recuerdo cualquier cosita en la multitud de tiendas que te encontrarás. ¡Desde camisetas, llaveritos, pines, a un chorizo ibérico!
¡Esperamos que hayas disfrutado de tu visita exprés a Salamanca!
*Las fotografías publicadas han sido cedidas por la Oficina de Turismo de Salamanca, ¡Gracias!
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