Teatro para cambiar el mundo
Las latinas migrantes son fuertes. Son mujeres extraordinariamente valientes, con una maleta donde les cabe la vida, con sus ilusiones como semilla a plantar en un nuevo lugar. Las actrices de Las latinas son… en el Teatro del Barrio ponen su cuerpo al servicio de la justicia o, mejor dicho, de la injusticia, porque en escena se dejan atravesar de parte a parte por el peor racismo y el peor machismo, el que mucha gente no ve. El de los comentarios jocosos, el del acoso mínimo, el del desprecio subcutáneo. En este caso no importa tanto si es una obra de teatro buena o mala. Sobre todo, es necesaria.
El Teatro del Barrio se caracteriza por su compromiso social, político, vecinal y, en general, con un cambio a mejor. No se limita a que salgas con una sonrisa de la sala, sino que también implanta una idea en tu cabeza. En este caso una idea que, como migrante, puede dolerte; y como español, puede destrozarte. Es un proyecto arriesgado, porque a mucha gente no le gusta verse en un espejo moral. Sin embargo, repito, es necesaria. Necesaria para el orgullo identitario del migrante latino, que a veces corre el riesgo de perder y que se diluye en la falsa empatía del “pareces de aquí” o “si somos lo mismo latinos y españoles”. No hay que negar la diferencia, sino apreciarla. Desde Un Buen Día en Madrid, aunque sea a título personal, brindo un tremendo y tembloroso “gracias” al Teatro del Barrio por su labor.
Y si el Teatro del Barrio se atreve a mirar al cambio social a los ojos, qué decir de las actrices, migrantes latinas de todas las edades. Brilla con luz propia, en un papel desgarrador, Lorena Avilés, española de raíces cubanas, que pone su voz y su alma al servicio del mal, paradójicamente para hacer el bien. Se mete en la piel de personajes desagradables y, aunque parezcan exagerados, seguramente en la conciencia de cada espectador se ha reflejado un amigo, o un familiar, o un conocido del colegio o, en el peor de los casos, se ha visto a sí mismo en esa actitud despreciable. De gusto absolutamente personal, me quedo la energía contagiosa de Mercy Bustos y la tristeza inspiradora de Luisa Anaya.
En definitiva, Las latinas son… es una obra necesaria, ¿lo he dicho ya? Es teatro del barrio para el barrio, del pueblo para el pueblo, del oprimido para el oprimido y, ojalá, para el opresor. Las tramas son tristemente ciertas, experiencias de unas mujeres que, sin ser actrices profesionales y con muy pocos elementos escenográficos, ponen en pie un mundo en miniatura. Es la historia de unas pocas mujeres que ilustran a otras muchas, es la historia de los números que se vuelven carne. Y si la obra llega al centro del corazón, fue increíble el clima de empatía y de construcción que se formó en el coloquio de después. Al final, tras la reflexión y la autocrítica, tras el empoderamiento y el orgullo, queda secarse las lágrimas, levantarse y aplaudir.
Datos de interés:
Qué: Obra de teatro «Las latinas son…»
Dónde: Teatro del Barrio (C/ Zurita, 20)
Cómo llegar: Lavapiés (metro, L3) / Antón Martín (metro, L1) / 6, 26, 32 (bus)
Cuánto: 16€ (entradas aquí)
Cuándo: Viernes 10 (19:30h) / Sábado 11 (19:30h) / Domingo 12 (20:30h) – El día de la última función, se hará un coloquio tras la obra con las componentes de la compañía, actrices y directora.