He escogido esta portada por el mismo motivo por el que escribo este artículo, porque me obligan.
No me he vuelto loco. Mi artículo se llama así en honor al artículo que me ha hecho escribirlo.
Puedes y debes leerlo aquí.
Te aseguro que si no te pone de mala hostia va a hacer que te rías muchísimo.
Este artículo, básicamente, viene a decirnos que los productores de música electrónica no son músicos, que a la gente que no toca en directo un instrumento no se les puede considerar músicos, que la utilización de samples tiene SIDA, que si tocas un botón que activa algo electrónico que reproduce un sonido de algo físico en lugar de tocar eso físico mereces pasar por la guillotina.
Estos razonamientos de puro genio de la música no los tiene sólamente el autor de este artículo, llamado José Roa pero al que todos deberíamos conocer como Don Coprófago sino que hay muchos miles de personas que piensan lo mismo.
Desde que el mundo es mundo y desde que cagar muy agusto hace que se te duerman las piernas la música electrónica se encuentra ligeramente repudiada por un sector de la población, que opina que es sólo tocar botones y que no tiene alma.
Este sector suele estar formado por: rockeros, raperos old school, indies, guitarristas, bajistas, bateristas y demás instrumentistas, cantantes, cantaores, mi yaya y señoras de más de sesenta años que se emocionan cuando Malú canta en las galas de Nochevieja. A mi yaya y a las otras señoras se lo perdono, porque al fin y al cabo son personas mayores, y se les perdona todo, pero que gente que se dedique a la música piense que la electrónica no lo es hace que piense de ellos que tienen más envidia que hambre.
La música electrónica se ha crecido mucho a lo largo de los años, desplazando en radios, festivales, salas y público a géneros más tradicionales y consolidados como el Rock. Estos señores han visto como sus sueños de convertirse en Mick Jagger, Anthony Kiedis, Axl Rose o Pelé (de repente Rubik Dude confunde Rock Stars con futbolistas) se han visto truncados, y ahora en la cima del mundo están tipos que “no tocan instrumentos” como David Ghetta, Avicci, Skrillex o Xabi Alonso (¡¡lo vuelve a hacer!!). Así que en mi opinión, estos viejos rockeros tienen envidia.
Es curioso, pues ellos sufrieron el mismo repudio. Música para jóvenes, música que movía drogas, música del diablo, pelos largos, sexo, desenfreno, fiestas locas y Carlos Marchena (¡Esto es un despropósito!)
El señor que escribe el artículo se vale de argumentos válidos como un piloto de avión ciego como este:
“La mayoría de la música electrónica -salvo los movimientos independientes y experimentales que vivimos ahora- hace acopio de creaciones ajenas. Remixes de temas ya compuestos, samples de otros temas introducidos en sus creaciones, etc. Y por no hablar de la cantidad de plagios que existen en la música electrónica. Si es que es lógico, cuando no necesitas ser músico para hacer música, no tienes por qué saber componer”
Señor Don Coprófago, hay tantas creaciones originales como remixes, al igual que hay tantos temas originales como covers en música no electrónica.
Señor Don Coprófago, hay tantos plagios en electrónica como en no electrónica. Hay grupos de música no electrónica que han sido acusados de plagio en repetidas ocasiones, como Coldplay. Hay genios de la música no electrónica que han sido acusados de plagio, como Michael Jackson. Ni grupos míticos como Led Zeppelin o los PUTOS THE DOORS (MÁXIMOS LÍDERES) se salvan. Blur, Radiohead, Nirvana, Oasis, Offspring, e incluso grupos que están en la cima del mundo musical como THE BEATLES o AMARAL.
Señor Don Coprófago, cuando los productores no son músicos se nota, y mucho, igual que se nota cuando alguien no sabe tocar la guitarra o desafina como un gato pisado.
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