Siguiendo con el repaso a lo mejor del 2013 no podíamos pasar por alto las actuaciones. Esos conciertos que realmente nos dejan con la boca abierta o nos agotan las fuerzas de hacernos bailar sin parar.
Los directos es el mejor momento para evaluar a un grupo. Donde de verdad ves reflejada toda la personalidad del grupo y su manera de vivirlo. Por todo esto no podía faltar en este repaso anual las cinco mejores actuaciones de este año.
5. The Bloody Beetroots – Arenal Sound
Sin duda el concierto más loco y desenfrenado de la cuarta edición del Arenal Sound. Los italianos llegaron con ganas de darlo todo y desde que se subieron al escenario hasta que bajaron, nadie dejó de saltar y bailar durante todo el concierto. Rebosando energía sobre el escenario dejaron completamente agotados a todos los sounders y con muy buen sabor de boca. (Si no pudiste sentir la fuerza de este Live en Arenal Sound o Monegros, este 2014 vuelven para dar el pistoletazo de salida a la temporada de festivales en el SOS4.8)
4. Phoenix – Primavera Sound
Los franceses Phoenix volvían con disco nuevo, y desde ese momento, su actuación en el Primavera Sound se convirtió en uno de los conciertos más esperados del año. Llegada la hora no defraudaron, con un repertorio para todos los gustos, la presentación de ‘Bankrupt!’ a nadie dejó indiferente. (Segunda oportunidad para verlos durante el 2014 primero en el SOS4.8 de Murcia y también en el Bilbao BBK Live)
3. Major Lazer – Sónar
Pura magia a la hora de producir. Eso es lo que hace Thomas Wesley cuando se sienta en el estudio para producir, magia. Fusionar la música electrónica con reggae y dancehall es algo que solo a el se le podría ocurrir, y con un resultado excelente. Una explosión de color y buen rollo contagió a todo el Sónar, convirtiéndose esta actuación en una grata sorpresa para muchos de los asistentes.
2. The XX – SOS4.8
Estos tres ingleses se han ganado todo lo que han conseguido. Con solamente dos álbumes bajo su nombre, han conseguido enamorar al mundo entero. En directo consiguen que su música se sienta bien dentro. Una especie de espíritu te posee y te mueves al ritmo de sus melodías. En su concierto en el SOS4.8, seleccionaron un setlist fantástico e interpretado de manera inmejorable hacen de este concierto, una de las grandes joyas que deja el 2013.
1. Damian Marley – Rototom Sunsplash
Por primera vez en este país hemos podido disfrutar de la actuación de Damian Marley. Un acontecimiento de esta embergadura no pasó desapercibido para nadie. Uno de los conciertos más esperados ya no del festival, sino del año. Con el recinto lleno hasta los topes, un ambiente sensacional y banderas, muchas banderas decoraban el Rototom Sunsplash durante los momentos previos a la actuación de Damian. Al salir al escenario no se dejó ni un as bajo la manga. Empezando con una excelente versión reggae de ‘Make it burn dem’ todos los asistentes enloquecieron. Desde los temas más nuevos de Damian Marley hasta sus grandes éxitos, incluso un par deversiones en memoria de su padre fueron los ingredientes perfectos para un concierto simplemente magistral.
Foto | Rototom Sunsplash
La entrada Los mejores lives de la temporada 2013 aparece primero en Un Festival por Dentro.
El pasado 2 de diciembre, como si de un regalo de reyes por adelantado se tratase, llegó oficialmente a las tiendas de música un disco que ansiosamente esperaban los fans de Muse. La formación Británica ha sacado a la venta un DVD que recoge uno de los conciertos de su última gira veraniega.
Tras pasar por Le Zenith (París) con Hullabaloo y Wembley (Londres) con HAARP, el Estadio Olímpico de Roma fue el elegido por la banda para grabar un DVD que seguramente irá a parar a las estanterías de todos sus fans; un sensacional e impactante espectáculo de luz y sonido que fue grabado en 4k (Ultra – Definición), un avanzado sistema digital del que el propio Matt Bellamy habló entre bromas: “Creo que es un poquito perturbador, probablemente tiene demasiados detalles.”
No obstante, unos pocos afortunados ya han podido disfrutar de esta cinta, ya que el pasado 12 de noviembre varias salas de cine españolas adelantaron en primicia la magia que este potente trío desprende en cada concierto.
Los de Theignmouth hacen un completo repaso a toda un setlist de casi 30 canciones en un impresionante estadio delante de 60.000 personas. Desde Supremacy hasta Starlight, pasando por acróbatas circenses, actores que mueren en pleno escenario o apabullantes llamaradas de fuego los espectadores no quedarán indiferentes.
En cuanto a la prensa internacional, esta no ha dudado en alabar el trabajo que estos chicos han realizado:
The Times: “El recital de rock comparable a la película más taquillera”
Ya hace una semana que terminó el Primavera Sound y hemos tenido tiempo para recuperarnos de tantas emociones fuertes. Después de una semana que se ha hecho verdaderamente cuesta arriba, hacemos recuento de lo que fue el Primavera Sound para las dos bloggers de Un Festival por Dentro que allí estuvimos.
La compañía
es la que para muchos determina en ciertos aspectos la corriente que sigue un festival. Este año el “Team PS” que llevábamos era muy bueno; era el equipo definitivo. Realmente sin planearlo, se nos quedó un grupo bastante majo que a la hora de disfrutar muy fuerte del festival, nos venía como anillo al dedo. Una edición con ausencia de atracciones de feria gigantescas. Arco iris que han ganado protagonismo tras chaparrones que nos mantenían en vilo (sacrificando alguna actuación). La llegada del normcore, el abandono de barbas y outfits en general.
JUEVES
Future Islands era uno de los nombres subrayados en nuestro clashfinder de jueves. Así que empezamos nuestra ruta festivalera en el escenario Pitchfork, con pena penita pena de saber que teníamos que sacrificar a Neutral Milk Hotel y a St. Vincent (la que muchos catalogan como revelación de 2014), pero es que el Singles de los Future Islands nos ha tenido un par de meses muy enganchadas. Un concierto perfecto como pistoletazo de salida, acompañado de la primera Heineken (5€/33cl, sí, sí, y era la más grande) del año primaveral. El público tenía ganazas de verlos y toda la energía de un primer día de festival, así que no fuimos las únicas que corearon “Seasons (Waiting On You)”.
Casi sin tiempo para hacer parada en boxes (hablamos de hidratarnos y alimentarnos), en el mismo escenario siguieron CHVRCHES. A Lauren Mayberry no pensábamos perdérnosla por nada en este mundo. Desde la barrera vivimos la escasa hora de actuación como una fiesta continua, bailando y saltando con los sintes mágicos de los escoceses y cantando sin mucho tino sus hits más coreables.
Uno de los momentos que más esperábamos sin duda era el concierto de Arcade Fire. Un no parar de sorpresas con sabor a Funeral, Neon Bible, The Suburbs y Reflektor. El concierto más emotivo para muchos asistentes al festival, desde luego el más intenso para las que firman. Los canadienses nos enseñaron que su Reflektor puede ser una fiesta y nos recordaron los temas que más nos gustan de sus trabajos anteriores: “No Cars Go”, “Keep the Car Running”, “Rebellion (Lies)”, tres de las cuatro “Neighborhoods” y otros muchos de sus hits sonaron en su selección de 21 temas. Bailes y coreografías que en “Reflektor” y en “Afterlife” significaron los momentos más top de la noche y del festival. Tras años cerrando sus setlists con el poderoso combo que forman “Power Out” y “Wake Up”, en esta gira la apoteosis final del concierto (cerraron con “Wake Up”, por supuesto), vino precedida de una magnífica “Here Comes the Nightime”: cabezudos sobre el escenario, confeti sobre el público y Barcelona entera hizo la conga. Win Butler, tienes ganado cualquier cielo que exista. Vivimos el set como reinas, entre mezcal mexicano y abrazos, muchos abrazos. Momentos de esos que emocionan demasiado, en los que uno no puede parar de sentirse feliz, joder, fue increíble. Adjuntamos video de las asistentes por dentro tras este momento o tal vez después, nunca lo sabremos.
Los minutos que separaban la actuación de los canadienses de la de Disclosurese pasaron muy rápido (puede que esta fuese la última vez que tuvimos la suerte de ver dos conciertos seguidos en dos escenarios contiguos). Eso sí, podemos afirmar, y que levante la mano quien también se diese cuenta, que el trending topic de la noche entre los asistentes al concierto fue “When a fire stars to burn”. Unas visuales geométricas y un baile de luces láser para flotar inmersos en el subidón que nos brindaban los ingleses. Complicado lo de acercarse a primera filas, preferimos quedarnos un poco más atrás con algo de espacio, lo de bailar era justo y necesario. La decisión entre ver a estos o a Moderat, que coincidían en horario a kilómetros de donde estábamos, fue dura y muy difícil de tomar.
La gran mayoría de la enorme masa que desfilaba desde Mordor (los escenarios Heineken y Sony) se dirigía hacia el show de Metronomy en el escenario Ray-Ban. A esas horas (03:15), y con el largo y arduo camino que separa las dos zonas del festival, se dan momentos de confusión y desorientación, encuentros efusivos, cambios de ideas, indisposiciones varias y reubicaciones. Vamos, que llegamos por los pelos al comienzo de Metronomy. La hora escogida no casó con muchos de los temas de su Love Letters, pero alcanzó momentos en los que el público respondió con kilos de buen rollo y alegría, como en las contagiosas “The Bay”, “The Look”, “Corinne” y “Radio Ladio”. El cierre, brutal con “You Can Easily Have Me”.
El cierre de la primera noche vino seguido, en mismo escenario y de la mano de Jamie XX,que también había hecho un set esa misma tarde en la socorrida carpa Boiler Room. El frío nos movió hacia las primeras filas justo para escuchar su remix de “You’ve Got the Love” de Florence + the Machine y el “Open Eye Signal” de Jon Hopkins y después el agotamiento nos dirigió hacia casa tras una jornada bien completa de conciertos y diversión. Aquí el set completo de Jamie XX en el Primavera Sound
VIERNES
La lluvia que nos tuvo aterrorizados durante la tarde del viernes nos impidió acercarnos al festival hasta después de cenar, así que nuestra primera cita aquel día fue con los Pixies en el escenario Heineken. La legión de incondicionales pudo presenciar un set de casi dos horas, marcado notablemente por el Doolittle y el Surfer Rosa para la alegría de muchos. Un setlist de cerca de 30 temas, entre los que por supuesto hubo varias muestras de su trabajo más reciente, y si ya coincidíamos en que nos dejaba un poco a medias, en vivo se comprobó que Indie Cindy no es la mejor continuación para los de Black Francis.
Pasada la media noche, el aire del Fòrum se impregno de clase, de elegancia y de pura emoción. El escenario desplegó un místico e intenso juego de luces, las notas de “Don’t Swallow the Cap” empezaron a sonar y, poco después, la voz de Matt Berninger inundó los corazones de todos los que se reunieron allí. The National presentaron varios de los temas de su Trouble Will Find Me, emocionándonos a lo grande con “Graceless” o “I Should Live in Salt”, y también tocaron, por supuesto, temas de sus anteriores trabajos, como “Fake Empire”, “Mistaken for Strangers”, “Vanderlyle Crybaby Geeks” o “Bloodbuzz Ohio”. Muchos esperábamos que en “Sorrow” St. Vincent se uniese a la banda en el escenario. No fue así, pero lo que pudimos ver en su lugar fueron dos de las reuniones más grandes del indie actual: Justin Vernon (Bon Iver, que actuó con Volcano Choir al día siguiente) subió al escenario a acompañar a la banda en “Slow Show” y, más tarde, fue Hamilton Leithauster (The Walkmen) el que ayudó a conseguir que vibrásemos con “Mr. November” casi al final del concierto. Casi na’. Uno de nuestros favoritos de este año.
Nuestra siguiente parada fue en el ATP con SBTRKT, una ducha de electrónica y dubstep que nos puso a todos a tono después de la calma intensa de The National. Un set bastante corto, aunque contundente. Amigos por todas partes, charcos, un frío que pelaba, pero más contentos que Lilly Allen en el FIB (no sé si me entendéis).
El cierre de la noche se dio entre besos y abrazos y todas esas cosas que pasan en los festivales a partir de cierta hora y que son la quintaesencia de los eventos musicales de masas, pero se dio en el escenario Pitchfork, con un Pional bastante desinflado. La intención de mover a los colegas hacia el Ray-Ban, donde Laurent Garnier estaba seguramente dando una clase de baile magistral, estuvo ahí, se intentó, pero no hubo acuerdo y a esas horas ya se sabe que nadie tiene batería y no es plan.
SÁBADO
Kendrick Lamar es una de las gratas sorpresas de esta edición. Una decisión que se tomó un poco por consejos, por recomendaciones, por ese típico comentario de “Si no veis a Kendrick Lamar, os mato”. Gracias a esas voces que actuaron de Pepito Grillo y nos llevaron al escenario Heineken, a lo que se perfilaba como un fiesta muy gorda. De pronto nos encontramos en un círculo de gente emocionada que nos hizo entrar en calor pronto.Muchas manos arriba y mucha clase encima del escenario.
Teníamos ganas de ver lo que hace Blood Orange en directo así que nos pasamos un rato por el Pitchfork. Lo que vimos fue un trozo de concierto descafeinado y a medio gas que no consiguió robarnos mucho más tiempo. Dev Hynes no para de intentar reinventarse y esta careta tampoco le sienta bien.
Foalsen primera fila era uno de los objetivos de este PS14. Yannis Philippakis es el ojito derecho de alguno de nosotros y eso se nota. Reencuentro con amistades festivaleras, un nudo en la garganta y a la espera de que empezase el concierto, de esta guisa estábamoscon una sonrisa de oreja a oreja. La dicotomía Foals, esa que nos llevó desde los saltos y empujones hasta el momento relax de “Spanish Sahara”, esa que supone una de las canciones estrellas de la banda; por algo será. Un Yannis sembrado, que se tiró repetidas veces al público, lástima que lejos de nuestra zona. Se hizo corto (buena señal), faltó “Olympic Airways” y, como siempre,faltó “Cassius”, mucho nos tememos que tendremos que ir descartando estos dos temas del repertorio de la banda.
El baño de ruido llegó con Mogwai en el escenario ATP, vestido para la ocasión con una estelada. Rave Tapes en directo suena igual de bien que el resto de lo que hacen en directo. Este grupo es uno de los impepinables para esta redactora, hacia las primeras filas, el silencio era sepulcral entre el público; máxima muestra de la potencia hipnótica de estos escoceses. Siempre un acierto, pero en el ATP sonaron especialmente bien.
No tuvimos que movernos de ese mismo escenario para ver el live de Cut Copy, que fue muy divertido y tocaron todos los temazos, pero, come on, eran las 4 de la mañana. Después, unos cuantos nos desplazamos al Pitchfork a ver un rato de Daniel Avery y otros cuantos fueron directamente al Ray-Ban a cerrar, como es tradición, con el que no podía faltar en esta espectacular edición del Primavera Sound: Dj Coco.
Los cierres a veces duelen, y el del Primavera Sound dolió mucho. La mítica selección de Dj Coco, el amanecer, el escenario Ray-Ban, el mar como telón de fondo y la gente bailando encima del escenario como si no hubiese un mañana. Un set de temazos, de sorpresas y de canalladas que bien son lo que funciona para cerrar una semana de música y experiencias más que musicales, cómo no, con el “Don’t Stop Believing” de Journey, insignia de la sesión de cierre. Se juntaron disfraces, gente con plantas, gente con cuadros, la mejor fauna y la flora del Fòrum, los que no podemos dejar que pase un minuto del festival sin nosotros, los que nos quedamos hasta que nos barren con esa cinta blanca y roja, en definitiva, los que sabemos cómo es un festival por dentro
Y llegó el temido aunque necesario desfile hacia la puerta, con gafas de sol, claro, deseando no dejar nunca el recinto y acampar allí hasta el 2015. La misma sensación de alegría y cansancio y satisfacción y pena que todos los que nos rodeaban. Cánticos ebrios, las últimas fotos, las últimas servesa biar, las croquetas en la rampa, los abrazos y las despedidas, incluso algunos encuentros: la auténtica exaltación de la amistad en las primeras horas del día.
El Primavera es un festival maravilloso, una cita ineludible con lo bueno conocido y lo mejor por conocer. Para nosotras ha sido un festival en el que, como en todas las cosas que son buenas, hemos llorado y nos hemos reído. Descubrimientos de todo tipo, personales, musicales y existenciales. Charlas pre y post conciertos, análisis de la jornada a las 8 de la mañana en el after mejor y más cutre que pueda existir. La despedida amarga, la resaca del lunes acechándonos, el síndrome post festival inminente. Estas últimas que nombramos vienen dadas por lo que ha sido un gran festival, uno de los que marcan para siempre, uno para repetir, para recordar y sobre todo, en este caso, un festival para contar.
Anoche la banda norteamericana Imagine Dragons estuvo presentando en el Palacio Vistalegre de Madrid su álbum “Night Visions”, una joyita que, con su ritmo atrevido, frenético y dinámico, dejó muy buen sabor de boca a sus seguidores. El listón estaba muy alto: las entradas estaban agotadas desde hacía meses y ante la fuerte demanda el recinto pasó de ser una sala a un pabellón que pudiese aglutinar a todos los ansiosos que esperaban el debut del grupo por tierras españolas. Sin embargo, la banda no se achantó y supo estar a la altura, superando con creces las expectativas.
Hace un año poca gente sabía de su existencia, y miradlos ahora, tan solo unos meses ha necesitado el cuarteto de Las Vegas para colocarse en la cresta de la ola, para que su fama haya subido como la espuma, batiendo records y posicionándose “on the top of the world”.
Dan Croll, pandereta en mano y acompañado por su séquito, fue el encargado de amenizar la espera durante media hora. Sus canciones instrumentales despertaron el interés de un público animado, brazos en alto, que demostraba que estaban preparados para lo que se avecinaba.
El reloj marcaba las 9 y cuarto cuando el ligero viento que rondaba por el recinto se convirtió en un huracán arrollador con nombre y apellidos: Dan Reynolds. El líder del cuartetoconsiguió poner en pie desde el minuto uno al Vistalegre, simplemente sensacional.
Round and round se encargó de romper el hielo, seguidas de ella Amsterdam, Tiptoe y Hear me fueron las responsables de que el concierto se convirtiese en un auténtico espectáculo, sucedidas de las melódicas y sosegadas Cha ching y Rocks. El terreno ya estaba más que preparado para lo que se veía venir.