Lo psicodélico marca el camino

TI2

En uno de esos muchos descansos estudiantiles que se realizan a cada cinco minutos por falta de concentración entre exámenes, me puse a escuchar Tame Impala. Te pones al lío y ya sabéis eso de que la opción “relacionados” de Spotify te lleva a varios grupos del mismo estilo. Y como nadie que esté en su sano juicio saca ganas y fuerzas para estudiar, te pones a enredar y, ¿qué pasa al final? Pues que descubres mil y un grupos nuevos.

Así que la cosa va hoy de psicodelia musical y efectos extravagantes. Lo que quiere decir que empezaré hablando de la corriente ya abierta por grupos como The Flaming Lips allá por 1986, que unos diez años más tarde, con su “The Soft Bulletin” pondrían de moda. Y no es que estos norteamericanos no hubieran introducido extraños sonidos en sus discos anteriores, sino que a partir de este último, se produjo una renovación más estridente en su música. Ahora grupos como MGMT están triunfando a base de producir este estilo de música.

Varios artistas han ido poco a poco imitando esta forma de crear música independiente. Sólo hay que retroceder tres años en el tiempo para ver a los antes mencionados Tame Impala. Si MGMT parecen sacados de una manifestación hippy, escuchar a los cuatro australianos es como poner los ojos en un caleidoscopio (sus vídeos así lo advierten) y ponerse a delirar.

Pues bien, llegados a este punto también hay que hablar de Pond y Melody´s Echo Chamber, ya que se trata de dos de esas bandas que conocí en ese momento de inactividad psíquica. Si MGMT utiliza distorsionadores, ecualizadores y mezclan efectos; los australianos ya se pasan. Por ese mismo motivo y otros muchos alejados de la propia música quiero comparar a los segundos con estos dos grupos. Demasiado parecer es lo que se encuentra entre ellos.

Estrambótico o moderno son adjetivos que podrían definir muy bien a los dos primeros. Melody´s Echo Chamber es un proyecto individual nacido gracias a la joven francesa Melody Prochet. Y es que su novio sería el que le produjera su primer disco homónimo, situándolo en puestos privilegiados dentro de las críticas lanzadas por la prensa mundial. Usa ritmos fascinantes y sonidos prodigiosos que te absorben, al tiempo que evoca ciertos aires excéntricos y extravagantes de aquella música que se escuchaba en los años ochenta. Esto no podría ser de otra forma si tenemos en cuenta que su amado no es otro que Kevin Parker.

Pero ahora viene lo gordo: Pond. Tal vez este grupo no tenga el mismo éxito que Tame Impala, pero no tendremos que esperar mucho para ver como los alcanzan. Tiempo al tiempo. Y es que sus estilos son como fotocopias o hermanos gemelos, porque su voz cantante es nada más y nada menos que Nick Allbroock, el ex bajista de Tame Impala, al tiempo que el ex batería de Pond se ha convertido en el bajista de los primeros. ¿Algo más que añadir? Yo creo que no.