Aprovechando que hace tan solo unos días el segundo cabeza de cartel del Optimus Alive´14 se dio a conocer, siendo estos The Black Keys, y el estreno del nuevo B-Side de Arctic Monkeys (primer anunciado de esta nueva edición), quería hablaros de este conocido y fantástico festival.
Todos los años, la segunda semana del mes de julio y durante tres días, Lisboa se convierte en la capital europea por excelencia de la música. Los mejores artistas del panorama musical se dan cita en un increíble recinto engalanado con tres imponentes escenarios a la orilla del paseo marítimo de Algés.
Por sus escenarios, desde que el festival abriera sus puertas allá por el 2007, han pasado músicos de la talla de Beasty Boys, Bob Dylan, Metallica, Justice, Steve Aoki, Cooldplay, Foo Fighters o Green Day. Por ello, la frase que el festival emplea para promocionarse es: “El mejor cartel, siempre”.
Un acogedor camping poblado de frondosos árboles que se alzan junto a un centro comercial, cuanto menos pequeño, es lo que espera a las miles de personas que quieran acudir a ver a sus ídolos. La entrada en el camping se hace a medio día, y a partir de las cinco de la tarde una flota de autobuses de línea se agolpa a sus puertas dispuestas a trasladar hasta el recinto a todas esas miles de personas que, ansiosas, esperan llegar los primeros para garantizarse el mejor lugar frente al escenario.
A medida que vas acercándote, vas palpando el ambiente hasta poder sentir, como la piel se te eriza al escuchar a lo lejos a los músicos ya establecidos en todo lo alto de su, cuanto menos, impactante pórtico.
Por el escenario principal, el Palco Optimus (demasiado voluminoso a mi parecer), pasarán los diferentes cabezas de cartel; los grupos que llenan lo alto del papel con sus nombres en gigante. Por el segundo escenario, el Palco Heineken (no iban a meter a todos en un solo escenario), pasarán otros muchos artistas de una fama ya labrada; mientras que por el tercer y último escenario, el Optimus Clubbing, acogerá a los músicos que ocupan la parte más baja del cartel.
El color naranja lo tiñe todo, mientras que la música hace el resto. Una amalgama de gente, un público multirracial llegado desde todos los rincones del mundo (en su mayoría portugueses y gallegos) van y vienen de un lado para otro sin parar de moverse, de bailar y, en su conjunto, de disfrutar.
Los artistas se suceden unos a otros a lo largo de la tarde, descansos para reponer fuerzas de media hora y poco más de respiro es lo que te permite este espectáculo. En cuanto cae la noche de cada día del impactante festival, saltan a escena los cabezas de cartel en el escenario principal, y tras ellos, los Dj´s de renombre, que aguantan, o casi obligan, diría yo, a los allí presentes saltando y bailando con su potente música hasta altas horas de la madrugada.
Tras esto, no queda otra que retirarte a “descansar” al camping, y si, la palabra “descansar” aquí va con comillas, ya que la gente que va a este tipo de festivales no se deshacen de la buena música en ningún momento: altavoces con el volumen a reventar para que no se desvanezca la energía ni se le quiten a nadie las ganas de fiesta en ningún momento.
El Optimus Alive, junto al FIB, y al Bilbao BBK, dotan a la península de un trío más que fabuloso de importantes festivales La última edición de este festival tuvo una afluencia de 150.000 personas, superando así su propia marca de asistencia año tras año. Consolidado como uno de los mejores festivales europeos, le regala a la península otro festival más para ver, conocer y disfrutar.
Fotos | Musicblowsmeup
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