La emoción de descubrir un sitio nuevo y la sensación de estar en casa. Así es como una se siente antes y después de pisar Monkee Koffee, el primer Coffee Shop para amantes sibaritas del buen café. Un lugar con alma.
Nada más llegar nos sirven la especialidad de la casa: un café con leche, ¡sin azúcar! “Si le echas azúcar pierde su esencia”, no cuenta Óscar, uno de los fundadores del coffee shop. Un divertido simio te da la bienvenida. ¿Por qué Monkee Koffee? “Siempre nos reuníamos a tomar café más por el lugar que por la propia taza de café, por eso decidimos crear un espacio donde el café fuera el protagonista”, nos explica Salva, otro de los socios fundadores.
Y lo han conseguido, vaya que si lo han conseguido. Estos expertos y amantes del buen café han puesto en el punto de mira su más profunda pasión, aquello que les mueve.
¿Su objetivo? Recuperar los valores artesanos del café
Monkee Koffee no es sólo un lugar para tomar café, sino que también le envuelve una filosofía y estilo de vida. “Monkee Koffee supone la tercera generación de un modelo de negocio”, nos cuenta Salva mientras saboreamos unos bizcochos caseros que nos dibujan una sonrisa en los labios. Un modelo de negocio que se basa en tres pilares fundamentales: la calidad del producto, la atención a las personas (tanto clientes como productores) y los valores de la vida. Aquellos valores que nos invitan a relajarnos y disfrutar con los amigos, olvidar el tiempo, disfrutar de una taza de café y un bizcocho y charlar como si no hubiera un mañana, tal y como estamos haciendo.
Un café con leche sin azúcar y la tarta de zanahoria, una cookies o un bizcocho
Una cookie con limón y coco y un bizcocho de plátano y nueves, ¡un desayuno perfecto! “Queremos transmitir los clásicos del bakery americano”, no explica Óscar. Todo ello acompañado de un corazón de nata de café hecho con mimo, cuidado muy bien seleccionado.
El coffe shop está planteado para todo tipo clientes: aquellos con prisas por acabar un trabajo, los escritores que buscan un lugar donde evadirse de la realidad, estudiantes reunidos para terminar la entrega del proyecto y los reencuentros inesperados. Todo ello en pleno centro de Chamberí, el barrio de moda que está resurgiendo con variedad pop-ups en cada esquina.
Nos han convencido, desde este mismo momento me paso al café con leche sin azúcar, siempre que tenga alma. Eso es Monkee Koffee, un placer para los cinco sentidos.
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