Lunes 23 de diciembre. Mañana ya es Noche Buena y el miércoles estaréis la mayoría de resaca en la comida familiar. Si tenéis pensado regalar algo estos días y aún no sabéis el que, os recomiendo dos cosas: un buen par de zapatillas o The Golden Age, (o las dos cosas) el primer álbum de estudio de Woodkid.
Después de dirigir vídeos musicales para Katy Perry, Drake o Lana del Rey, el polifacético artista francés Yoann Lemoine, músico, realizador y diseñador gráfico se dio a conocer en lo que respecta a su carrera musical en marzo del 2011 bajo el seudónimo de Woodkid. Después de Iron, vendría por fin su debut.
Folk, pop convencional, crescendos, campanas, orquestas, y ritmos militares acelerados que junto a las percusiones y redobles crean un sonido puramente épico, con coros solemnes que consiguen envolvernos en el combo perfecto con la voz quebradiza e imperfecta de Yoann, elemento esencial para entender sus letras, metafóricas y evocadoras, muy al estilo de su amiga Lana del Rey.
Este disco es un torrente de emociones, es decir, para momentos especiales. Es un disco para momentos de película. Con esto quiero decir, aunque a muchos nos gusta disfrutar con una película épica de vez en cuando, advierto que escuchar a Woodkid día a día puede acabar cansándonos, si escucháis el disco entero en orden, entenderéis porque lo digo.
El destino de Lemoine parece que está en las alturas, al mismo estilo que sus canciones. Pocos peros para el disco, podremos verle por segunda vez en un festival español en junio en el Sonar. El espectáculo está asegurado y yo no me lo perdería…
Aunque os dejo el álbum entero en Spotify, podéis escuchar esta canción.